MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS – 16

by AdminObra

“EN QUIEN EL PADRE SE COMPLACE”

Por dos títulos goza el Corazón sacratísimo de Jesús de las complacencias del Padre:

  1. Por medio de su unión substancial con la Persona Divina del Hijo, el Corazón de Jesús participa ante todo en la complacencia infinita que el Padre tiene en su Hijo.
  2. El Padre, además, se ha complacido en su Hijo, hecho hombre, por una razón que es propia de la humanidad. El mismo Evangelio nos indica las circunstancias y los motivos: el Bautismo; la Transfiguración.

El objeto creado de estas complacencias divinas es la voluntad humana de Jesucristo, que se identifica con la voluntad divina. Es su sacratísimo Corazón, perfectamente dócil al beneplácito del Padre, hasta aceptar por amor la muerte ignominiosa de la Cruz. Esta complacencia es plena, porque nada hay en este Corazón que desagrade al Padre. Nada creado agrada al Padre si no es semejante a su Hijo predilecto, razón última de toda predestinación a la Gloria.

La complacencia del Padre, en el orden increado, es la contemplación de los tesoros de la divinidad que brillan en Jesucristo, el inefable amor de sus divinas perfecciones. Y en el orden creado es la admiración de las virtudes humanas del sacratísimo Corazón de Jesús.