BREVES MEDITACIONES CUARESMALES (Benedicto XVI)

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La limosna educa en la generosidad del amor. San José Benito Cottolengo solía recomendar: “Nunca contéis las monedas que dais, porque yo digo siempre: si cuando damos limosna la mano izquierda no tiene que saber lo que hace la derecha, tampoco la derecha tiene que saberlo”.

Al respecto es significativo el episodio evangélico de la viuda que, en su miseria, echa en el testo del templo “todo lo que tenía para vivir”. Su pequeña e insignificante moneda se convierte en un símbolo elocuente: esta viuda no da a Dios lo que le sobra, no la que posee, sino lo que es.