- San VICENTE, diácono y mártir. En Valencia. Nació en Zaragoza. Durante la persecución de Diocleciano sufrió cárcel, hambre, potro y hierros candentes, hasta que, en Valencia, fue martirizado. (304).
- San VALERO, obispo. Valencia. Tomó parte en el Concilio de Illiberis. Fue conducido a Valencia con San Vicente. Murió en el destierro. (315).
- San GAUDENCIO, obispo. En Novara, Italia. Se le considera el primer obispo de allí. (418).
- San ANASTASIO, monje y mártir. En Persia. Después de muchos tormentos que sufrió en Cesarea de Palestina, fue ahogado y luego decapitado junto a un río por orden de Cosroes tras haber presenciado la muerte de setenta compañeros. (628).
- Santo DOMINGO, abad. En el Lacio. Fundó monasterios en diversas regiones de Italia y condujo a otros cenobios a la disciplina regular con su espíritu renovador. (1031).
- Beata MARÍA MANCINI, viuda. En Pisa. Después de enviudar dos veces y perder a todos sus hijos, estableció, siguiendo indicaciones de Santa Catalina de Siena, la vida común en el monasterio de Santo Domingo, que presidió durante diez años. (1431).
- Beato ANOTNIO della CHIESA, presbítero. En Como. Dominico. Restableció la vida cenobítica en algunos conventos de la Orden, mostrando indulgencia con la debilidad humana, pero corrigiéndola con firmeza. (1459).
- Beato GUILLERMO PATENSON, presbítero y mártir. En Londres. Durante el reinado de Isabel I fue condenado a muerte por ser sacerdote, y, estando en prisión, reconcilió con la Iglesia a otros seis compañeros de la cárcel. Fue descuartizado en Tyburn. (1592).
- Santos FRANCISCO GIL de FÉDERICH y MATEO ALONSO DE LECINIANA, presbíteros y mártires. En Tonkín. Dominicos. Después de una infatigable predicación del Evangelio, fueron encarcelados durante el reinado de Trinh Doanh y, heridos con espada, fueron martirizados. (1745).
- San VICENTE PALLOTTI, presbítero en Roma. Fundador de la Sociedad del Apostolado Católico, que con sus escritos y actividades fomentó la vocación de todos los bautizados en Cristo para trabajar en favor de la Iglesia (1850).
- Beato GUILLERMO CHAMINADE, presbítero. En Burdeos. Trabajó fuerte con gran celo pastoral durante las persecuciones. Atrajo a los laicos a la devoción de la Virgen María, por lo que fundó el Instituto de Hijas de María Inmaculada y la Sociedad de María, para promover las misiones. (1850).
- Beato JOSÉ NASCIMBENI, presbítero. En Castelletto di Brenzone. Fundó el Instituto de Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia. (1922).
- Beato LADISLADO BATTHYÁNY-STRATTMANN, padre de familia. En Viena. Dio testimonio del Evangelio con la santidad de su vida y de sus obras, tanto en el ambiente familiar como en la sociedad civil. Honró como cristiano el nombre y la dignidad de médico, entregado con toda caridad a cuidar enfermos, para los cuales fundó un hospital, donde sólo acogía a los pobres y menesterosos. (1931).
Hoy destacamos a Beata LAURA VICUÑA
Virgen. Nació en Santiago de Chile en 1891. Buscando mejor situación, la familia se trasladó a Temuco, pero al año siguiente fallecía su padre, quedando en muy difíciles condiciones.
La madre, con las hijas, se trasladó a la
Argentina, donde vivió con un compañero, sin casarse. Pero deseaba una educación cristiana para las niñas y las inscribió en el colegio de las Salesianas.
Laura hizo la Primera Comunión con mucho fervor, y, consciente ya de la situación moral de su madre, rezaba mucho por ella. Recibió el sacramento de la Confirmación en 1902 y ofreció a Dios su vida por la conversión de su madre.
Cuando poco después cayó enferma, volvió a renovar su ofrenda y dio durante la enfermedad un ejemplo admirable de paciencia y de mucha piedad. Murió santamente en 1904.