- San MAURO, mártir. En Roma. A quien el Papa San Dámaso celebra como un niño inocente. Los tormentos no lograron apartarlo de la fe. (s. IV).
- San GEMELO, mártir. En Ankara. (s. IV).
- San GREGORIO III, papa. Procuró la predicación a los germanos. Y, en contra de los iconoclastas de la Urge, adornó las iglesias con imágenes sagradas. (741).
- Santos EDMUNDO GENNINGS, presbítero, y SUINTINO WELLS, mártires los dos. En Londres. Durante el reinado de Isabel I fueron condenados a la pena capital, el primero por ser sacerdote, y el segundo por haberle hospedado. Colgados, fueron martirizados hasta la muerte. (1591).
- San JUAN ROBERTS, y Beato TOMÁS SOMERS, presbíteros y mártires. En Londres. El primero era benedictino. En tiempo de Jacobo I, fueron condenados por ser sacerdotes. Fueron ahorcados con otros 16, que eran ladrones. (1610).
- Beato MARCO ANTONIO DURANDO, presbítero. En Turín. Fundó las Hermanas de la Compañía de la Pasión de Jesús Nazareno, para cuidar enfermos y jóvenes abandonas. (1880).
- Beato GONZALO VIÑES MASIP, presbítero y mártir. En Valencia. (1936).
- Beatos ANTONIO MARTÍN HERNÁNDEZ y AGUSTÍN GARCÍA CALVO, presbítero, el primero, y mártires. En Valencia. De la Sociedad de San Francisco de Sales. (1936).
Hoy destacamos a SANTA EULALIA DE MÉRIDA.
Nació en 292, en Mérida, en una familia patricia del Imperio romano, y vivió durante el mandato de Diocleciano y Maximiano.
Se elogió su santidad: su amor a la castidad y su deseo de dar la vida por Cristo. Se dice que ante la persecución a los cristianos, sus padres la llevaron a una villa para que se librase. Pero ella huyó. Fue hacia los magistrados y entabló una defensa dialogada afirmando su fe cristiana y rechazando los falsos dioses.
Condenada a la pena capital hacia el año 303, en el foro de Mérida fue sometida al tormento de los garfios y, finalmente, a la hoguera. Aún no tenía 13 años.