Cada vez va tomando más fuerza el afirmar que San José esté en cuerpo y alma en el Cielo igualmente que su Santísima esposa y el Hijo de Dios.
San Bernardino de Siena predicaba así, a mediados del siglo XV: “Devotamente se debe creer, pero no afirmar como de fe, que el benignísimo Jesús, Hijo de Dios vivo, con igual privilegio adornó a su padre adoptivo que a su madre Santísima; y que así como, cuando murió la Santísima Virgen, se la llevó al cielo en cuerpo y alma, así también el día que resucitó Jesús, se llevó consigo al justísimo patriarca San José con la gloria de la resurrección; a fin de que así como aquella santa familia, a saber, Cristo, María y José, vivieron juntos en la tierra una vida laboriosa y en conforme gracia, así con amorosa gloria reinen en el cielo en cuerpo y alma”.
Lo que nunca se dudará es que esté en el Cielo intercediendo por todos nosotros para que un día, todos sus hijos y protegidos podamos subir a la Gloria.