Esta semana ofrecemos el film francés “Adiós, muchachos” (Au revoir les enfants), dirigida por Louis Malle en el año 1987.
Basada en unos acontecimientos acaecidos en 1944 en Francia, en un internado dirigido por los Padres Carmelitas al que acuden al inicio del curso los alumnos después de las Pascuas Navideñas. Allí concurren niños que provienen de distintas tendencias familiares ante la Ocupación.
Refleja un ambiente educativo duro y exigente ante la situación de guerra mundial que se vive, y al mismo tiempo de superación de los inconvenientes gracias a la labor de los tutores que siempre procuran sacar lo mejor de los internos.
La enseñanza cristiana que nos ofrece está recogida por el P. Jacques. Éste, una vez que ha sido delatada a los ocupacionistas la presencia encubierta de niños judíos, decide irse con ellos en el momento que son detenidos. La escena final es hondamente emotiva, y la despedida del P. Jacques al resto de los interno “Adiós, muchachos” es la que da título a la película. Con la decisión, animosidad, reciedumbre y caridad de los religiosos de antaño.
A lo largo de la película nos encontramos con algunas interpretaciones suyas con diálogos de teología espiritual y moral social muy interesantes.