A pesar de su brevedad, Joel tuvo notable resonancia en el NT.
San Marcos alude casi literalmente a 4, 13 al final de la semilla que crece (Jl 4, 15-18).
San Juan tienen ecos de 2, 2. En el diálogo con la samaritana, Jesús le habla del agua viva que El dará y que saltará hasta la vida eterna, pasaje que recuerda a 4, 18.
Hay otros pasajes del NT en que las referencia a Joel son explícitas e importantes.
En el relato de Pentecostés, Hch 2, 17-21, San Lucas recoge, al final del discurso de San Pedro, una cita literal del oráculo de Joel 3, 15, que se ve cumplido en la efusión del Espíritu Santo sobre los presentes.
San Pablo, en Romano (10, 12-13), para explicar a los fieles el universalismo del Evangelio, sin distinción entre judíos y griegos, trae a colación Jl 3, 5, pasaje que está también en el trasfondo de Ga 3, 18; 6, 15.
Finalmente, Jl 2, 4-6 inspiró la visión del tañido de la “quinta trompeta” y la plaga de langostas del Apocalipsis de San Juan.
La liturgia de la Iglesia ha hecho de varios textos de Joel un uso muy amplio que expresa cómo la Iglesia entiende y actualiza el libro profético. Así, Joel 2, 12-18 constituye la primera lectura del Miércoles de Ceniza, y Joel 2, 13 y 2, 17 se ofrecen como antífonas para el cano de la imposición.
En la misa de acción de gracias por la cosecha, Joel 2, 21-27 es leído como primera lectura.
En la vigilia de Pentecostés, Joel 3, 1-5 es uno de los pasajes opcionales como primera lectura, texto empleado también en el rito del Sacramento de la Confirmación.
A PARTIR DE MAÑANA COMENZAREMOS A CONOCER AL PROFETAS AMÓS.