(publicado en la revista “La Antorcha”)
La Biblia incluye siete géneros literarios diferentes y ninguno de ellos es científico. Sin embargo, la Sagrada Escritura no contradice la realidad. Al contrario, la Palabra de Dios contribuyó a desvelar aspectos sobre el origen y sentido de la Creación, incluso miles de años antes de que la ciencia los corroborase.
La Sagrada Escritura no pretende ser un tratado científico.
Sus géneros literarios –a lo largo de 73 libros de ambos Testamentos-, la multiplicidad de autores –inspirados por el Espíritu Santo-, y la gran distancia temporal que separa unos textos de otros demuestran lo improbable que es considerarla una enciclopedia piadosa.
Sin embargo, la Iglesia enseña que la Biblia no miente y por eso podemos encontrar numerosas referencias científicas y cosmológicas.
La Creación y el Génesis
Uno de los relatos más fascinantes de la Biblia es el de la Creación, en el libro del Génesis. En esencia, narra que el Universo fue creado por Dios, por amor y con inteligencia. Lo más llamativo es que el orden de la Creación descrito en Génesis, coincide con la secuencia en que la ciencia cree que se gestó el Universo. Con detalles que no se descubrirán hasta el siglo XX, en un texto que data del año 1400 a.C.