- San VERANO, obispo, en Provenza, la actual Francia. Siendo hijo de San Euquerio fue educado en el monasterio de Lerins y escribió al Papa San León Magno agradeciéndole su profesión de fe defendiendo la Encarnación del Verbo ante Flaviano. (S. V).
- San MENAS, ermitaño, en Molise, la Italia actual. Sus virtudes las alabó el papa San Gregorio Magno. (S. VI).
- San JUAN EL LIMOSNERO, obispo de Alejandría, famoso por su compasión con los pobres, y tan rebosante de caridad para con todos que hizo construir muchas iglesias, hospitales y orfanatos aportando los bienes de la Iglesia, y exhortando a los ricos al ejercicio de la beneficencia. (620).
- San TEODORO ESTUDITA, abad, en Constantinopla, actual Estambul, Turquía. Hizo de su monasterio una escuela de sabios, santos y mártires, que murieron víctimas de las persecuciones iconoclastas. Escribió tratados famosos sobre la fe católica. (826).
- San BARTOLOMÉ, abad, cerca de Roma, en el monasterio de Grottaferrata. Fue al encuentro de San Nilo, cuya vida y costumbres dejó por escrito, y al lado del cual estuvo hasta s muerte en el cenobio que había fundado bajo la disciplina ascética de los orientales. Aquello sería una escuela de ciencias y artes. (1065).
- Santa MARINA de Omura, virgen y mártir, en Nagasaki, Japón, que, encarcelada y llevada a la fuerza a una casa pública para burla de su castidad, fue finalmente quemada. (1634).
- Beata ALICIA KOTOWSKA, virgen y mártir, de la Congregación de Hermanas de la Resurrección. Fusilada por los nazis por fidelidad a Cristo. (1939).
- Beato VICENTE EUGENIO BOSSILKOV, obispo y mártir. Sofía. Bajo el régimen comunista fue encarcelado, vejado y fusilado por no querer romper con Roma. (1952).
Hoy recordamos especialmente a SAN MARTÍN de TOURS
Martín, hijo de un tribuno romano, nació en Sabaria, en Panonia, hacia el 315. A los quince años ya vestía el uniforme militar. El episodio del manto hay que colocarlo en este periodo, porque a los 18 años recibió el bautismo y abandonó la milicia para seguir a San Hilario de Poitiers, su maestro. Después de un breve noviciado de vida eremítica en la Isle Galinaria, Martín fundo dos monasterios: Ligugé, el más antiguo de Europa, y Marmoutier, que se convertiría en un gran centro de vida religiosa.
Después del paréntesis contemplativo, siguió el activo: Martín, elegido obispo de Tours, se convirtió en el grande evangelizador de Francia. Había sido, como se dice, soldado sin quererlo, monje por elección y obispo por deber. En los 27 años de vida episcopal se ganó el amor entusiasta de los pobres, de los necesitados y de cuantos sufrían injusticias, pero no era bien visto por los de su clero que querían vivir tranquilamente. De hecho, fue acusado por un sacerdote llamado Bricio. Su respuesta fue proverbial: “¿Si Cristo soportó a Judas, por qué no debería yo soportar a Bricio?”
Murió el 8 de noviembre del 397 en Candes, durante una visita pastoral.