- San SIMÓN y San JUDAS TADEO, apóstoles.
- San FERRUCIO, mártir. Maguncia. Abandonó el servicio militar para servir a Cristo. (300).
- San FIDEL, mártir. Como. (s. IV).
- Santos VICENTE, SABINA y CRISTETA, mártires. Ávila. Huyendo de Talavera fueron muertos cruelmente. (305).
- San GINÉS, mártir. Thiers, Aquitania. (s. IV).
- San SALVIO, obispo. Amiens. Dedicado a las ciencias divinas desde su juventud y adornado por la integridad de costumbres. (625).
- San FARÓN, obispo. Meaux. Siendo familiar del rey, invitó su hermana Santa Fara a dedicarse al servicio divino. Convenció a su esposa para que recibiese el velo de religiosa, a fin de poder formar él parte del clero, dentro del cual, llamado a asumir la función pastoral, hizo grandes donaciones de sus bienes a la Iglesia, erigiendo parroquias y monasterios. (670).
- San GERMÁN, abad. Annecy. Insigne por su amor a la soledad, fundó y dirigió el cenobio de Talloires. (s. XI).
- Santos FRANCISCO SERRANO, obispo, y JOAQUÍN ROYO, JUAN ALCOBER FIGUERA y FRANCISCO DÍAZ del RINCÓN, presbíteros; mártires. Fujián, China. Dominicos. Murieron estrangulados o asfixiados. (1798).
- San RODRIGO AGUILAR, presbítero y mártir. México. Fue colgado de un árbol por los soldados mientras confesaba a Cristo y a la Virgen de Guadalupe. (1927).
- Beato JOSÉ RUIZ BRUIXOLA, presbítero y mártir. Valencia. Muerto por odio a la fe. (1936).
Hoy recordamos especialmente al Beato SALVADOR DAMIÁN ENGUIX GARÉS
Este sacerdote valenciano había nacido en Foios el 30 de marzo de 1857 en una familia de labradores, de la que recibió un profundo sentido cristiano. En 1878 ingresó en el seminario conciliar de Valencia donde cursó brillantemente los estudios sacerdotales y dio un magnífico ejemplo como seminarista. En 1882 se ordenó de presbítero. Coadjutor de Quart de Poblet, al poco tiempo estuvo encargado de la parroquia. Luego obtuvo un beneficio en la parroquia de San Nicolás Obispo y San Pedro Mártir de Valencia. Se adhirió a la congregación misionera que actuaba por los pueblos. Pasó luego a la parroquia de Santa Catalina y San Agustín como ecónomo y sobresalió por su cuidado de los pobres. Pasó posteriormente a la Parroquia de San Esteban Protomártir. En 1923 fue nombrado párroco de San Nicolás. Procuró la mejora del templo, el esplendor del culto, y su trabajo pastoral se centró en la catequesis y la promoción del apostolado seglar, fundando la Acción Católica. Visitador asiduo de los enfermos y volcado en los pobres, tuvo el amor sincero de su feligresía.
Llegada la revolución, tuvo que irse a su pueblo, donde clandestinamente continuó el ejercicio de su ministerio. En octubre fue arrestado con otras personas y llevado a un chalet de la misma localidad, donde levantaba el ánimo de los demás detenidos para que aceptasen el martirio. Se confesaron todos y rezaron el rosario, que no había concluido cuando se lo llevaron. Llegados al cementerio de Gilet a las doce de la noche, pidió como gracia que mataran primero a los demás para estar exhortándoles y animándoles. Así fue y mientras continuaba rezando el rosario fue fusilado, no sin que antes les dijera a sus verdugos que los perdonaba.