- Santos SERVANDO y GERMÁN, mártires. Cádiz. Bajo el imperio de Diocleciano. (s. IV).
- Santos JUAN, obispo, y JACOBO, presbítero. Persia. Encarcelados con Sapor II. Al cabo de un año murieron a espada. (344).
- San TEODORETO, presbítero y mártir. Antioquía de Siria. Fue apresado por Juliano, el Apóstata, regente de Oriente, y lo martirizó por ser cristiano. (362).
- San SEVERINO, obispo. Colonia. Digno de alabanza por sus virtudes. (400).
- San SEVERINO BOECIO, mártir. Pavía. Insigne por su ciencia y escritos, que estando encarcelado compuso un tratado sobre la consolación de la filosofía, y sirvió a Dios con fidelidad hasta la muerte que le infligió el rey Teodorico. (524).
- San JUAN, obispo. Siracusa. Grande por sus costumbres, la justica, la sabiduría, el modo de aconsejar y el cuidado de los bienes de la Iglesia. (609).
- San BENITO, presbítero. Aquitania. (s. IX).
- San IGNACIO, obispo. Constantinopla. Por haber reprendido al césar Bardas por el repudio de su legítima esposa, fue objeto de injurias y desterrado. Restituido a su sede por intervención del papa San Nicolás I, descansó en el Señor. (877).
- Santa ETELFLEDA, abadesa. Ramsey, Inglaterra. Se consagró a Dios en un monasterio fundado por su padre Etelwood, y, elegida abadesa, lo gobernó hasta la muerte. (s. X).
- San ALUCIO. Toscana. Pacífico hacedor del bien hacia los pobres y peregrinos, y liberador de cautivos. (1134).
- Beato JUAN BONO, eremita. Mantua. Siendo joven abandonó a su madre y vagó por diversas partes de Italia, haciendo de malabarista y comediante. A los cuarenta años, con motivo de una enfermedad, prometió a Dios abandonar el mundo para darse a Cristo en el amor y la penitencia. Para ello fundó una congregación a la que dio la Regla de San Agustín. (1249).
- San JUAN de CAPISTRANO, presbítero. Reino de Hungría. Franciscano. Luchó en favor de la disciplina regular, estuvo al servicio de la fe y costumbres católicas en casi toda Europa, y con sus exhortaciones y plegarias mantuvo el fervor del pueblo fiel, defendiendo la libertad de los cristianos. (1456).
- Beato JUAN ÁNGEL PORRO, presbítero. Milán. Servita. Siendo prior del convento, todos los días festivos estaba en la puerta de la iglesia, o recorría las calles, para reunir a los niños y enseñarles la doctrina. (1505).
- Beato TOMÁS THWING, presbítero y mártir. York. Acusado falsamente de conspiración, alcanzó la palma del martirio al ser ahorcado y descuartizado por orden de Carlos II. (1680).
- Beatas MARÍA CLOTILDE ÁNGELA de SAN FRANCISCO de BORGIA PAILLOT y CINCO COMPAÑERAS, vírgenes y mártires. Valenciennes, Francia. Por estar consagradas a Dios fueron condenadas a muerte subiendo al patíbulo serenamente. (1794).
- San PABLO TONG VIET BUONG, mártir. Tho-Duc, Vietnam. Siendo soldado, sufrió la muerte por Cristo en tiempo de Minh Mang. (1833).
- Beato ARNOLDO RÈCHE, religioso. Reims, Francia. Hermanos de las Escuelas Cristianas. Dócil al Espíritu Santo, se entregó por completo a la formación de los jóvenes en su condición de maestro, mostrándose igualmente asiduo a la oración. (1890).
- Beato LEONARDO OLIVERA BUERA, presbítero y mártir. Valencia. Fusilado durante la persecución religiosa en España. (1936).
- Beatos AMBROSIO LEÓN LORENTE VICENTE, FLORENCIO MARTÍN IBÁÑEZ LÁZARRO y HONORATO ZORRAQUINO HERRERO, religiosos y mártires. De las Escuelas Cristianas. Muertos durante la persecución religiosa en España. (1936).
Hoy recordamos especialmente a los Beatos ILDEFONSO GARCÍA NOZAL y JUSTINIANO CUESTA REDONDO, EUFRASIO de CELIS SANTOS, HONORINO CARRACEDO RAMOS y TOMÁS CUARTERO GASCÓN
Ildefonso de la Cruz (en el siglo Anatolio García Nozal) nació en Becerril del Carpió (Palencia) el 15 de marzo de 1898, el menor de once hermanos. Murió su madre cuando aún no tenía dos años y por ello creció al cuidado de una hermana. Tenía 14 años cuando conoció a los padres pasionistas porque predicaron una misión en su pueblo. Se sintió atraído por esta congregación y el 12 de diciembre de 1912 ingresaba en el estudiantado de Corella. Al cumplir los 15 años ingresó en el noviciado y hacía la profesión religiosa el 25 de mayo de 1914 con el nombre de Ildefonso de la Cruz. Estudió humanidades y filosofía y para la teología lo destinaron a Roma a donde llegó el 15 de diciembre de 1920. Aquí haría la profesión perpetua el 6 de enero de 1922. Aquel año, en noviembre, regresaba a España y era destinado a Corella y luego a Daimiel. El 7 de diciembre de 1924 se ordenó sacerdote. Recibió varios destinos, entre ellos el de superior de la casa de Daimiel (1932), ejercitándose mucho en la predicación y el confesonario. Terminado su rectorado, solicitó ser destinado a América y, en efecto, se le asignó para la casa de Valencia, en Venezuela, pero la revolución española torció estos planes y lo llevó al martirio.
Justiniano de San Gabriel de la Dolorosa (en el siglo Justiniano Cuesta Redondo) había nacido en Alba de los Cárdanos (Valencia) el 19 de agosto de 1910. Por uno tío suyo, novicio pasionista, conoció esta congregación y decidió unirse a ella, ingresando el 29 de septiembre de 1920. Inició su noviciado el 28 de septiembre de 1925 y un año más tarde hacía la primera profesión con el nombre de Justiniano de San Gabriel de la Virgen Dolorosa. Hizo los estudios en Daimiel y pasó luego a Zaragoza para estudiar teología. El 12 de septiembre de 1931 hacía la profesión perpetua. Se ordenaba sacerdote el 15 de abril de 1934. Permaneció en Zaragoza hasta el 24 de agosto de 1935 en que se trasladó a Daimiel como profesor. Aquí le llegaría la oportunidad del martirio.
Eufrasio del Amor Misericordioso (en el siglo Eufrasio De Celis Santos) había nacido en Salinas de Pisuerga (Palencia) el 13 de marzo de 1915. Asiduo a la parroquia y piadoso desde muy niño, ingresa en la congregación pasionista el 26 de febrero de 1927 en Zaragoza. Al proclamarse la República, en abril de 1931, hubo de volver a su pueblo, pero el 12 de septiembre estaba de nuevo en Zaragoza y empieza el noviciado el siguiente 4 de octubre, superada una crisis vocacional. El 23 de octubre de 1932 pronunció los votos religiosos con el nombre de Eufrasio del Amor Misericordioso. Siguió en Corella, y en agosto de 1934 fue trasladado a Daimiel. Pasadas las elecciones de febrero de 1936 escribió una carta a su casa en la que manifestaba su disponibilidad para el martirio.
Tomás del Santísimo Sacramento (en el siglo Tomás Cuartero Gascón) había nacido en Tabuenca (Zaragoza) el 22 de febrero de 1915 en una familia cristiana. En 1927 ingresó el seminario de Belchite, pero en 1930 cuando vio el efecto espiritual que había causado en su parroquia la predicación de los padres pasionistas, optó por esta congregación, ingresando el 28 de septiembre de ese año. Hubo de regresar a su casa cuando la proclamación de la República pero en septiembre volvió a Zaragoza. Tomó el hábito en Corella el 22 de octubre de 1932, y el 19 de octubre del año siguiente hacía los santos votos con el nombre de Tomás del Santísimo Sacramento. Permaneció otro año en Corella y en 1934 pasaba a Daimiel para proseguir los estudios. Aquí encontraría el camino del martirio.
Honorino de Nuestra Señora de los Dolores (en el siglo Honorino Carracedo Ramos) había nacido en La Lastra (Palencia) el 21 de abril de 1917 en una familia muy cristiana. Por contacto con un padre pasionista ingresó en la congregación en Zaragoza el 13 de septiembre de 1928. Debió volver a su casa cuando se proclamó la República pero regresó a principios de septiembre. Un año más tarde -22 de octubre de 1932- tomaba el santo hábito y al año siguiente hacía los votos religiosos con el nombre de Honorino de la Virgen Dolorosa. Prosiguió un año en Corella y luego marchó a Daimiel el 18 de septiembre de 1934, donde prosiguió sus estudios. En su última carta a sus familiares pedía oraciones para seguir fiel a su vocación. Cuando fue llevado al hospital de Manzanares tras el primer fusilamiento, animó a quienes temían hacerle sufrir al curarle las heridas con esta afirmación: «Soy pasionista».
José María de Jesús y María (en el siglo José María Cuartero Gascón) era hermano de Tomás Cuartero; habia nacido en la misma población, el 29 de abril de 1918. Ingresó con su hermano en la congregación, volvió a casa con él en abril de 1931 y regresó en septiembre. Admitido al noviciado en octubre de 1934, pronunciaba sus votos religiosos el 23 de octubre de 1935 con el nombre de José María de Jesús. Estando en Daimiel recorrió con su hermano el camino del martirio con el doble fusilamiento. Sólo tenía 18 años.