CAPELLANES CASTRENSES (hoy es su patrono)

by AdminObra

La misión del Arzobispado Castrense es ofrecer asistencia religiosa pastoral a sus miembros. Todas las actividades que realizan sobre todo el Arzobispo y los Capellanes van encaminadas a hacer presente a la Iglesia y a edificarla en el mundo militar, al mismo tiempo que ofrecen su disponibilidad y prestan su colaboración en las tareas de carácter asistencial y de promoción cultural y humana que se realizan dentro de los Ejércitos. Sin olvidar la función educadora de los valores, que promueven y hacen posible la paz entre los individuos y los pueblos, de la cual los militares son agentes o instrumentos. Así lo ha afirmado el Concilio Vaticano II: “Los que, al servicio de la Patria, se hallen en el ejército, considérense instrumentos de la seguridad y libertad de los pueblos, pues desempeñando bien esta función contribuyen realmente a estabilizar la paz” [G.S., 79].

Así pues, todas las actividades del Arzobispado Castrense son las propias de una Diócesis respecto a su feligresía (El Arzobispo es el Ordinario de esta diócesis personal, los Capellanes son párrocos personales), teniendo en cuenta las peculiaridades de los destinatarios, militares y familias, de esta acción pastoral. Acciones dirigidas a la evangelización, catequesis, caridad, comunión eclesial, sacramentos, atención y promoción humana, etc., y centradas en dos polos fundamentales: a) evangelización y atención humana de la juventud; b) cuidado pastoral ofrecido a los militares y sus familias.

Tradicionalmente la asistencia religiosa a los Ejércitos, regulada por una normativa eclesial y una reglamentación civil, se ha realizado a través de una estructura eclesial: el Vicariato Castrense. Este se transforma, en virtud de la Constitución Apostólica de Juan Pablo II «Spirituali Militum Curae» [21.4.1986], en Ordinariato Castrense o Arzobispado Castrense.

El cambio no es solo de nombre; obedece a una nueva concepción doctrinal y jurídica. Según la nueva normativa, los antiguamente denominados Vicariatos Castrenses se transforman en circunscripciones eclesiástica asimiladas en todo jurídicamente a las diócesis territoriales.

Esta transformación tiene su origen en el Concilio Vaticano II, el cual propicia una renovación eclesiológica que da un nuevo marco doctrinal al tratamiento canónico de los Vicariatos Castrenses.

Las Misiones Internacionales

Mención especial merece la presencia de Capellanes en las misiones de paz o de ayuda humanitaria que vienen realizando en los últimos años los ejércitos españoles fuera del territorio nacional, en zonas de conflictos o de catástrofes naturales, que demandan especialmente el acompañamiento de Capellanes, pues allí su presencia y acción ministerial son especialmente necesarias.

Hay que tener en cuenta que muchos de los militares que realizan estas misiones de paz y de intervención humanitaria lo hacen en zonas muy alejadas del territorio nacional, son padres de familia con hijos pequeños a los cuales no pueden atender durante su ausencia prolongada, o ayudar a sus esposas a resolver problemas relacionados con su educación. Al mismo tiempo estos militares viven situaciones de alto riesgo para sus vidas como lo demuestran las bajas que se han ido produciendo, con unas condiciones de vida duras, y a veces de precariedad. El Capellán que asiste a estas misiones internacionales acompaña a los militares en la misión, comparte con ellos el riesgo, los trabajos y las dificultades, realiza entre ellos su ministerio pastoral como sacerdote, los conforta espiritualmente, realiza funciones de asistencia social y humana), y, ¿por qué no decirlo?, comparte también la satisfacción del bien hecho a los demás y el verse instrumento eficaz en favor de la paz.

En estas misiones internacionales han participado ya 154 Capellanes. Actualmente hay Capellanes desplazados en Letonia, Turquia, Malí, Líbano e Índico, además de los que se encuentran navegando en aguas internacionales. Cada misión tiene una duración indeterminada. En ella se suceden «agrupaciones militares» acompañados por un Capellán que suele relevarse cada seis meses.