ENSEÑANZAS
El libro de Jeremías está impregnado de la doctrina deuteronomista (con un estilo muy pedagógico, los autores deuteronomistas invitan a aprender de los errores cometidos en el pasado, y que fueron los causantes de la desgracia, para orientar la conducta personal en una dirección que evite nuevos desastres; para ello buscaron en sus tradiciones religiosas esas normas de conducta que reconocerían en la Ley Deuteronómica, de este modo se aunaban la Ley y la Profecía, como dos facetas de la única palabra de Dios), que hunde sus raíces en la importancia del mensaje profético para la vida religiosa de Israel.
Desde el relato de la vocación queda claro que la palabra del Señor, transmitida por boca de Jeremías, se cumplirá indefectiblemente, tanto si anuncia la destrucción como si proclama la salvación.
El profeta es el intérprete autorizado de la historia para mostrar la enseñanza religiosa que de ella se desprende.
Jeremías insiste que las desgracias que sobrevienen a Judá y el destierro son consecuencia inevitable de haber quebrantado la Alianza y que la salvación y prosperidad que se esperan serán fruto del mismo Dios que es quien las otorga.
Tres son los grandes temas en el libro de Jeremías: la ALIANZA, la SALVACIÓN, la ESPERANZA MESIÁNICA.