En el seno de la Iglesia, comenzó a existir en el siglo XIX, precisamente un 15 de agosto de 1851, el Instituto -las Siervas de María Ministras de los Enfermos– don del Espíritu a Santa María Soledad Torres Acosta – su Fundadora-, y en ella, a todas sus Hijas, con el fruto o consigna del amor preferencial a Cristo en la persona del enfermo; participando de esta forma en la misión salvífica confiada por Cristo a su Iglesia “Curad a los enfermos y decidles el Reino de Dios está cerca de vosotros”(Lc 10,9) y con el lema específico: “Estuve enfermo y me visitasteis” (Mt 25,36)
En el corazón de la Iglesia las Hijas de Madre Soledad SON:
- Bálsamo en el dolor para todos los miembros dolientes del Cuerpo Místico de Cristo, viendo en ellos a Cristo. “Los enfermos son imagen de Cristo doliente y es a Él a quien servimos” (Carta 71 de Madre Soledad Torres)
- Portadoras del amor misericordioso de Dios, teniendo como modelo a Jesús misericordioso, que pasó por la vida haciendo el bien. “Gratis lo recibisteis dadlo gratis”
- Al servicio de los más pobres – los enfermos-, en asistencia gratuita, tanto diurna como nocturna, allí donde se encuentren: en sus propios domicilios, hospitales, dispensarios, etc. con abnegación y esmerada caridad; “Con la sonrisa en los labios y la humildad en el corazón”. (Madre Soledad Torres)
Nuestra Congregación nació con una fuerte llamada profética, porque se situó en ese mundo cargado de pobreza y de dolor. Ésta es la herencia carismática de la que participamos todas sus hijas, las de ayer, las de hoy y las de mañana. Es lo que intentamos hacer vida en la actualidad, saliendo al paso de las necesidades de nuestro tiempo.