Consideración sacerdotal
“El don espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación los prepara no para una misión limitada y reducida, sino para una misión amplísima y universal de salvación ‘hasta los extremos del mundo (Hch 1, 8). En efecto, cualquier ministerio sacerdotal participa de la misma dimensión universal de la misión que Cristo confió a los Apóstoles. El sacerdocio de Cristo, en efecto, del que verdaderamente han sido hechos partícipes los presbíteros, se dirige necesariamente a todos los pueblos y a todos los tiempos y no admite límites de raza, nación o edad, como misteriosamente se anticipa ya en la figura de Melquisedec. Los presbíteros, pues, han de recordar que deben llevar en su corazón la preocupación por todas las Iglesias. Por tanto, los presbíteros de la diócesis que tienen mayor abundancia de vocaciones, si su obispo se lo pide o se lo permite, deben estar dispuestos de buena gana a ejercer su ministerio en las regiones, misiones u obras con escasez de clero”.
(Decreto “Presbyterorum Ordinis”)