Es un fenómeno místico de orden temporal
Es uno de los más sorprendentes fenómenos místicos de orden corporal.
Consiste en la aparición espontánea en el cuerpo de la persona que lo experimenta de ciertos estigmas o llagas sangrientas que recuerdan las de Jesús Crucificado en el Calvario.
Suelen aparecer en las manos, pies y costado izquierdo; y a veces también en la cabeza y en las espaldas, para recordar la Coronación de espinas y la Flagelación.
Estas llagas pueden ser visibles o invisibles, permanentes o periódicas y transitorias, simultáneas o sucesivas.
La forma, tamaño, sitio exacto de su localización y otras circunstancias accidentales son muy distintas y variadas según los casos.
La estigmatización se produce casi siempre en sujetos extáticos (sufren un éxtasis), y con frecuencia va precedida y acompañada de muy fuertes tormentos físicos y morales.
La ausencia de tales padecimientos sería muy mala señal, porque los estigmas no son sino el símbolo de la unción con el Crucificado y de la participación en sus sufrimientos.
El primer estigmatizado de que se tenga noticia es San Francisco de Asís, que recibió los estigmas en un éxtasis sublime en el Monte Alvernia. El último más conocido sería San Pío de Pietrelcina.