CONOCIENDO A LOS PROFETAS – 17

by AdminObra

Dentro de la proclamación MONOTEÍSTA, hoy descubrimos la enseñanza del Dios Santo.

A pesar de su íntima relación con el pueblo, no es como ellos, ni puede ser tratado como uno más, ni es “manipulable” ni siquiera con sacrificios.

Dios es trascendente, el Altísimo, como lo pondrá de manifiesto especialmente Isaías.

La santidad del pueblo, en consecuencia, estriba en participar de la de su Dios: en ser distinto de las demás naciones en su fe, y en sus exigencias morales.

Dios es “el Santo de Israel”, porque sin dejar de ser el Altísimo se ha hecho cercano a los suyos.