- Santos SIXTO II, papa, y COMPAÑEROS, mártires. El Papa, mientras celebraba los sagrados misterios y enseñaba a los fieles los mandatos del Señor, por orden del emperador Valeriano fue detenido por los soldados y decapitado de inmediato. Con él sufrieron martirio cuatro diáconos que fueron enterrados con el Papa. (258).
- Santa AFRA, mártir. Recia, Alemania actual. Convertida al cristianismo desde una vida de pecado, cuenta la tradición que, sin haber sido bautizada, fue quemada viva por confesar a Cristo. (304).
- San DONATO, obispo. Arezzo, Toscana. Alabado por su virtud y la eficacia de su plegaria. (s. IV).
- San DONACIANO, obispo. Châlons. (s. IV).
- San VICTRICIO, obispo. Rouen. Siendo soldado, en tiempo de Juliano, abandonó el ejército para seguir a Cristo, por lo cual fue sometido a muchas torturas y condenado a muerte. Logró alcanzar la libertad y, tras ser consagrado obispo, llevó a la fe cristiana a los feroces pueblos de los morinos y de los nervios, en la Galia del norte. (410).
- San DONATO, obispo. Besanzón, Burgundia. Compuso una Regla para vírgenes, siguiendo las enseñanzas de San Benito, San Columbano y San Cesáreo. (658)
- Beato JORDÁN FORZATÉ, abad. Venecia. Fundador de monasterios en Padua y, no habiendo podido evitar, pese a sus esfuerzos, la ruina de su patria, fuera de ella falleció santamente dejando ejemplo de honestidad, integridad de costumbres y sabiduría. (1248).
- Beato ALBERTO, monje. Sassoferrato, Piceno. Camaldulense. Insigne por su austeridad de vida y la perfecta observancia de la Regla. (1350).
- Beato VICENTE, religioso. L’Aquila, Vestina. Franciscano. Célebre por su humildad y su espíritu de profecía. (1504).
- San CAYETANO de THIENE, presbítero. Nápoles. Se entregó a pías obras de caridad, especialmente en favor de los enfermos incurables, promovió asociaciones para la formación religiosa de los laicos e instituyó los Clérigos Regulares para la renovación de la Iglesia, recomendando a sus discípulos el deber de observar la primitiva forma de vida apostólica. (1547).
- Beatos AGATÁNGELO NOURRY de VINCENNES y CASIANO VAZ LÓPEZ-NETTO de NANTES, presbíteros y mártires. Gondar, Etiopía. Capuchinos. Durante su misión en Siria, Egipto y Etiopía buscaron reconciliar con la Iglesia a los cristianos separados. Finalmente, por orden del rey de Etiopía, fueron atados a árboles con su propio cordón religioso y lapidados hasta la muerte. (1638).
- Beatos MARTÍN de SAN FÉLIX WOODCOCK y TOMÁS WHITAKER, presbíteros y mártires; el primero, franciscano. Lancaster. Ahorcados por ser sacerdotes y haber entrado en los dominios del rey Carlos I. (1646).
- Beato EDMUNDO BOJANOWSKI, fundador. Gorka, Polonia. Trabajó con ahínco en la formación de los pobres y gente analfabeta, y fundaría la Congregación de Esclavas de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. (1871).
- San MIGUEL de la MORA, presbítero y mártir. Colima, México. Martirizado durante la persecución religiosa. (1927).
Hoy recordamos especialmente a SAN ALBERTO degli ABBATI
Alberto degli Abati, conocido como Trapani por su lugar de nacimiento, según la tradición mejor documentada, hacia 1240, ingresó en la orden carmelita de esa ciudad, haciéndose sacerdote y ejerciendo su apostolado por toda la isla.
Su predicación va acompañada de fama de milagros: entre los más famosos estuvo el ocurrido en la sitiada Mesina, donde algunos barcos cargados de víveres llegaron milagrosamente al puerto. Otras tradiciones hablan de tres judíos a punto de ahogarse que fueron rescatados y convertidos por Alberto quien caminó sobre el agua siguiendo el ejemplo de Cristo; en otros casos la intervención del santo libera a algunos endemoniados.
Su actividad como predicador y superior de los carmelitas de Sicilia se prolongó hasta su muerte, ocurrida en Mesina el 7 de agosto de 1307. No conocemos sus escritos significativos ni tenemos noticias de su espiritualidad específica.