Hoy, 6 de mayo, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. San LUCIO, profeta y doctor. En Cirene. Nombrado en el libro de los Hechos de los Apóstoles. (s. I).
  2. San MARIANO, lector, y JACOBO, diácono; mártires. En Numidia, Argelia. El primero fue detenido nuevamente en la persecución de Decio, con su otro compañero y, ambos, tras crueles suplicios, fueron muertos a espada con otros muchos. (259).
  3. San VENERIO, obispo. En Milán. Discípulo y diácono de San Ambrosio, que acudió en ayuda de los obispos africano enviándoles clérigos, y favoreció a San Juan Crisóstomo en su destierro. (409).
  4. Santa BENITA, virgen y monja. En Roma. (s. VI).
  5. San EADBERTO, obispo. En Lindisfarne, Northumbría, Inglaterra. Sucesor de San Cutberto, que brilló por su conocimiento de las Sagradas Escrituras, por su observancia de los preceptos divinos y por sus limosnas. (698).
  6. San PEDRO NOLASCO, presbítero. Barcelona. Junto con San Ramón de Penyafort y el rey Jaime I de Aragón, fundó la Orden de Nuestra Señora de la Merced, para la redención de cautivos. Se entregó ardientemente a procurar la paz y a liberar de la esclavitud a los cristianos que habían caído cautivos de los infieles. (1258).
  7. Beato BARTOLOMÉ PUCCI-FRANCESCHI, presbítero. En la Toscana. Franciscano. Impulsado por su amor a Dios dejó a su mujer e hijos y riquezas y se hizo pobre por Cristo. (1330).
  8. Beatos EDUARDO JONES y ANTONIO MIDDLETON, presbíteros y mártires. En Londres. En tiempos de Isabel I, por ser sacerdotes fueron apresados en su propia casa y descuartizados. (1590).
  9. San FRANCISCO de MONTMORENCY-LAVAL, obispo. En Quebec. Estableció su sede episcopal en esta ciudad, y desde allí, durante casi cincuenta años, se dedicó con todas sus fuerzas a confirmar y acrecentar la Iglesia desde esta vasta región de América del Norte hasta el golfo de México. (1708).
  10. Beata ANA ROSA GATTORNO, religiosa. En Roma. Siendo madre de familia, al quedar viuda lo dejó todo y se entregó por completo a Dios y al prójimo. Fundó la Congregación de Hijas de Santa Ana, Madre de María Inmaculada, donde brilló por la gran labor realizada a favor de los enfermos, los débiles y los niños desamparados en cuyo rostro contemplaba a Cristo pobre. (1900).
  11. Beatos ENRIQEU KACZOROWSKI y CASIMIRO GOSTYNSKI, presbíteros y mártires. En Munich. Durante la invasión nazi de Polonia fueron presos y conducidos al Campo de Dachau donde padecieron en las cámaras de gas. (1942).

Hoy recordamos especialmente a la Beata MARÍA CATALINA TROIANI

La niña era originaria del Giuliano de Roma, donde nació y fue bautizada el 19 de enero de 1813. Su padre fue Tomás Troiani, acomodado consejero comunal y organista en la parroquia, la madre fue Teresa Panici-Cantoni. La muerte de la señora Teresa, ocurrida en 1819, dio origen a la dispersión de la familia Troiani. Constanza fue encomendada al monasterio de Santa Clara.

Con el corazón traspasado por el dolor, muy pronto logró superar tan gran herida y orientarse hacia aquel que bien pronto se convierte para ella en el amabilísimo Dios, que la llena de su amor. A los 16 años decidió ingresar como hermana en el monasterio. Tomó el hábito el 8 de diciembre de 1829 y se convirtió en Sor María Catalina de Santa Rosa de Viterbo; un año después emitió los votos religiosos. La joven hermana que ya había iniciado su vida ascética hacia la perfección religiosa y en amoroso servicio, tuvo a los 22 años una clara llamada a la vida misionera pero ya tenía 46 años cuando pudo finalmente realizarla.

Aceptando la invitación del Vicario Apostólico de Egipto, el franciscano Perpetuo Guasco, un grupito de seis hermanas de Ferentino, de las cuales sor María Catalina era el alma, el 14 de septiembre de 1859 partió para el Cairo, donde tuvo comienzo la nueva obra de Dios en la tierra de los Faraones. Clot-Bey fue el nuevo centro, que como pequeño faro irradió luz de testimonio evangélico sobre el pobre barrio árabe, atrayendo vocaciones inesperadas de todas partes. Con nuevo personal la madre María Catalina pudo abrir en El Cairo otras dos casas y fundar otras más en diversas localidades. El 5 de julio de 1868, por decreto pontificio fue erigido el nuevo instituto y familia religiosa de la Tercera Orden Regular de San Francisco: la Madre Troiani pasó así de clarisa a terciaria y siempre se sintió hija fiel y auténtica de san Francisco y santa Clara. Erigida la Congregación, el celo de María Catalina sobrepasó los límites de El Cairo. Abrió siete casas en Egipto, Palestina, Malta y en Italia, donde abrió una casa en Roma y otras en otras ciudades.

Su piedad moldeada en ambiente semiclaustral, con devociones particulares al Sagrado Corazón, a las fiestas marianas, a San José, a los Ángeles custodios y a san Francisco Estigmatizado adquirió aspectos precursores. La comunión diaria y su espiritualidad le abrieron a más amplios horizontes de la caridad evangélica, ejercida con felices reflejos sociales. Católicos, ortodoxos y musulmanes veían en ella la presencia concreta de la providencia de Dios. Se durmió en el Señor a los 74 años de edad el día 6 de mayo de 1887 en la casa de Clot-Bey, teatro de su caridad ilimitada y en su prolongado trabajo, entre el llanto de los cristianos y de los musulmanes.