LA CRUZ FLORIDA DE MAYO

by AdminObra

La fiesta popular de las Cruces en mayo está vinculada a la tradición de la Iglesia, que sitúa en este mes la fecha de la «invención», es decir «hallazgo» por Santa Elena de la «Verdadera Cruz» (Vera Crux), donde Cristo fue crucificado. Una celebración que alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX. Al engalanarse las cruces, se indica el triunfo de Cristo sobre la muerte con su resurrección y podemos llegar a intuir que en ella «está la vida y el consuelo».

En esta festividad, en muchos lugares, la Santa Cruz aparece profusamente adornada con flores u otros elementos ornamentales, y ligada a un ambiente claramente jubiloso. Es una exaltación de vida y alegría.

San Pablo predicaba “un Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los paganos” (1 Cor 22), los primeros cristianos, en sus incipientes manifestaciones artísticas, prefirieron evitar la cruz y representar a Jesús como el Buen Pastor. Es cierto que no faltaron figuraciones simbólicas de la cruz, aunque comparecen de forma velada, especialmente a través del áncora, símbolo también de la esperanza. En definitiva, hubo que esperar a principios del siglo V para que la primera imagen de la crucifixión, todavía sin cruz, apareciera en un relieve de las puertas de la basílica romana de Santa Sabina.

¿Qué ocurrió pues para que, con el paso de los siglos, los cristianos no sólo asumieran la representación de Jesucristo crucificado, sino que, en un paso más, consintieran en exhibir la cruz florida, desprovista de Cristo?

En primer lugar, hay que referir que uno de los grandes avances sociales que se produjeron en el Imperio romano con la libertad de la Iglesia, decretada por Constantino el Grande en el edicto de Milán de 313, fue la abolición de la pena de muerte por crucifixión. Así, pasadas unas generaciones, ya nadie había tenido que sufrir la visión de la agonía de un crucificado. Además, la fiesta de la Invención (descubrimiento) de la Santa Cruz comenzó a conmemorarse desde antiguo, en relación con el relato del hallazgo por parte de Santa Elena, madre del emperador Constantino, de la auténtica Cruz de Cristo. Esta fiesta aparece en todos los calendarios y fuentes litúrgicas hispano mozárabes. En la Lex Romana Visigothorum, promulgada por Recesvinto en el año 654, y renovada por Ervigio en el 681, se menciona esta festividad comparándola, con respecto a su solemnidad, con las más importantes del año; y en el Leccionario de Silos, compuesto en torno al año 650, aparece con el nombre de dies Sanctae Crucis, lo que constituye el más antiguo testimonio de su conmemoración en España.

Históricamente, conocemos el descubrimiento del Santo Sepulcro por el testimonio de Eusebio de Cesarea (De vita Costantini III, XXVIII), quien nos informa de que “Apenas la superficie original del piso, que estaba debajo de la tierra, apareció, inmediata y contrariamente a todas las expectativas, el venerable y respetado monumento a la resurrección de Nuestro Señor fue descubierto”. Además, según otros relatos, Santa Elena habría encontrado tres cruces ocultas. Para descubrir cuál de ellas era la verdadera, fueron aplicadas una a una sobre un joven muerto, el cual resucitó al serle impuesta la tercera, que sería la de Cristo. Así pues, el día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo, habría comenzado desde entonces a celebrarse con solemnidad.