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Sin ánimo de ser exhaustivos, se puede hacer una breve relación de aquellos errores o costumbres más comunes cometidos durante la Misa que no se ajustan a las normas litúrgicas actuales con el fin de ayudar a corregirnos en lo posible. Estos son algunos de los más comunes:
- No se han de acabar las lecturas de la Misa diciendo “Es Palabra de Dios”; se ha de decir sólo “Palabra de Dios”, pues se trata de aclamar, y no de explicitar.
- Los lectores deben omitir la frase “Primera Lectura o Segunda Lectura”, y decirse directamente de quién está tomada la Lectura, sin más. De igual modo, no debe decirse “Salmo responsorial”, sino pasar directamente a la lectura del mismo.
- Permanecer sentados durante la oración sobre las ofrendas. Es el momento más importante de esa parte de la Misa y todas las oraciones de la Misa se deben oír y responder de pie, que es la actitud propia del orante y del pueblo en marcha y dispuesto.
- Permanecer de pie durante el momento de la Consagración, aunque por razones de edad, enfermedad, incomodidad del lugar, masificación u otras causas se puede permanecer de pie. Se debe estar de rodillas desde la epíclesis hasta “Éste es el Sacramento de nuestra fe”, aunque es loable hacerlo durante todo el Canon, desde que remata el Santo hasta la Doxología final “Por Cristo, con El, …”.
- Recitar junto con el sacerdote la Doxología final que cierra la Plegaria Eucarística, o Canon. El pueblo debe limitarse a responder AMÉN, como compromiso y afirmativo.