- San ANFIANO, mártir. En Cesarea de Palestina. Viendo como en tiempo de Maximino se obligaba al pueblo a sacrificar a los dioses en público, se acercó intrépido al prefecto y quiso impedir el rito. Lo quemaron vivo, y lo arrojaron al mar. (306).
- Santa TEODORA, virgen. En Cesarea de Palestina. Natural de Tiro. En la misma persecución, por haber saludado a los confesores de la fe que estaban en el tribunal, fue detenida por los soldados y llevada ante el prefecto, por lo que fue muy vejada y arrojada al mar. (307).
- San ABUNDIO, obispo. En Como. Enviado a Constantinopla por San León Magno, defendió la ortodoxia. (468).
- San VÍCTOR, obispo. En Capua. Destacó por su erudición y santidad. (554).
- San NICECIO, obispo. En Lyon. Se distinguió por su dedicación a los pobres y su bondad con los sencillos. Enseñó una norma para salmodiar. (573).
- San EUSTASIO, abad. En Burgundia. Discípulo de San Columbano. Padre de 600 monjes. (629).
- Beatos DIEGO LUIS de SAN VITORES, presbítero, y PEDRO CALUNGSOD, catequista, mártires en Guam, Oceanía. Por odio a la fe fueron precipitados al mar por los paganos. (1672).
- Beato LEOPOLDO de GAICHE, presbítero. En Umbría. Franciscano. (1815).
- Santo DOMINGO TUOC, presbítero y mártir. En Tonkín. Dominico. (1839).
- Beata ISABEL V DRAMINI, virgen. En Padua. Dedicó su vida a los pobres. Fundó el Instituto de Hermanas Terciarias Franciscanas Isabelinas de Padua. (1860).
- Beato FRANCISCO COLL, presbítero. En Vic. Dominico. Al ser injustamente exclaustrado, siguió predicando. (1875).
- Beato GUILLERMO APOR, obispo y mártir. Györ, Hungría. En tiempo de guerra abrió su casa a unos prófugos, y por defender a unas muchachas de los soldados, fue herido un Viernes Santo. Murió a los tres días. (1945).
- Beato NICOLÁS CARNECKYJ, obispo y mártir. En Ucrania. Siguió fiel a Cristo pese a las persecuciones comunistas. (1959).
Hoy recordamos especialmente a la Beata MARÍA de SAN JOSÉ ALVARADO
Laura Evangelista Alvarado Cardozo nace el 25 de abril de 1875, en Choroní municipio del Distrito Girardot, en el Estado Aragua, (en aquel entonces conocido como Estado Guzmán Blanco), en Venezuela. Existe cierta discusión con su segundo nombre, ya que algunos afirman que se llamaba Laura Elena Alvarado Cardozo pero por una tradición religiosa de aquella fecha se les asignaba a los muchachos al nacer o poco tiempo después, el nombre del Santo en el día en el que nacieron y por lo tanto ella recibió el nombre de Evangelista.
Era hija del Coronel Clemente Alvarado y de Doña Margarita Cardozo, de quien heredó su amor ferviente a Cristo y la Eucaristía. Inició sus estudios en su pueblo natal pero a muy temprana edad se mudó con su familia a Maracay donde terminaría ahí todos sus estudios. Luego a los 13 años de edad, el 8 de diciembre de 1888 recibe su primera comunión, haciendo sus primeros votos, consagrándose así al señor. Desde aquel entonces comenzaría su vida religiosa. Luego antes de cumplir 18 años, se dedicaría a la preparación de aquellos niños que van a realizar su primera comunión. En 1892, a los diecisiete años, le imponen el santo escapulario de la Virgen del Carmen. Luego en 1893, el sacerdote Justo Vicente López Aveledo funda la Sociedad de las Hijas de María y Laura pasa a formar parte de ella, renovando así sus primeros votos.
Esta beata demostró desde muy temprano su devoción por Dios y su temple espiritual. Desde muy joven trabajó como voluntaria en hospitales, cosa que haría durante casi toda su vida y de donde obtuvo el nombre con el que la conocemos todos. Su temple espiritual, queda evidenciado con situaciones fuertes que ha tenido que vivir como lo es la muerte de su padre. Antes de morir pide a Dios le conceda la oportunidad, para que su padre reciba la extrema unción y contraiga matrimonio con su madre. Don Clemente accede a estos sacramentos. Laura, en respuesta a la gracia concedida por Dios, promete guardar ayuno perpetuo, el cual duró diez años, hasta que el Padre Vicente López se lo dispensó.
En 1897, empezó a trabajar voluntariamente como hermana hospitalaria en el Hospital San José en Maracay- Estado Aragua, el hospital fundado por un presbítero llamado Vicente López. La joven futura beata tenía entonces 22 años de edad. De ahí en adelante, asesorada por su director espiritual el Pbro. López Acevedo, se dedicará al servicio de los más pobres. Próxima a cumplir sus 24 años, en 1.899, Laura recibe del padre López la dirección y administración del hospital. En 1900-01 por su gran trabajo en dicho lugar junto con otras hermanas voluntarias que desempeñaron el mismo papel, fue consagrada como hermana hospitalaria agustina, adoptando el nombre de Sor María de San José.
Ya habiendo sido reconocida como Sor María de San José continuo su larga labor en no solo este hospital. La madre además de este hospital trabajo en muchos centros de salud en el país, en Maracaibo, Caracas, Coro, Ciudad Bolívar, entre otros. Incluyendo los nuevos hospitales que abrían. Durante mucho tiempo de su vida, la madre se dedico a cuidar enfermos, a ayudar profundamente en hospitales, siendo esto parte de toda la gran labor que hacia fuera de los mismos.
Junto a su director espiritual, el sacerdote venezolano, Padre Vicente López Aveledo y cuatro laicas, funda (con aprobación papal de San Pío X), la Congregación «Hermanas Agustinas Recoletas del Sagado Corazón de Jesús», siendo ella su primera Superiora General. Dicha congregación, tiene el objetivo de ayudar a las niñas abandonadas, y ancianos pobres. Rigió la congregación como superiora general hasta el año 1960.
Fue una religiosa contemporánea del Venerable Doctor José Gregorio Hernández, que desde muy temprana edad mostro su devoción por Dios. Luego de una larga y activa vida llena de grandes labores y deseo de ayudar con su prójimo, el 2 de abril de 1967 sufre una trombosis que termina quitando su vida.