27. SAN GREGORIO DE NISA – IV

Con la subida al trono del emperador hispano Teodosio, los defensores de las posturas nicenas se vieron apoyados.

Ahora, San Gregorio podrá dedicar más tiempo a la teología espiritual, la exégesis bíblica, la predicación e incluso la política.

Tuvo buenas relaciones con la nueva corte de Constantinopla y tendrá, por ello, un papel importante en el Concilio III de Constantinopla del año 381. Saldrá de esta asamblea como obispo garante de la ortodoxia católica.

Dejará, pues, la polémica doctrinal, y se dedicará a la formación catequética, bíblica y espiritual de sus diocesanos.

Escribirá, pensando en sus catequistas, la obra “Oratio Catechetica Magna”, de gran valor. En este libro, el obispo exhorta a conocer bien la fe, y a explicarla contando con la razón.