PALESTINA y FILISTEA – II
Hasta el siglo I, d. C., el nombre “Palestina” se encuentra en diferentes autores, a menudo con notables variaciones en la demarcación de la zona a la que se refiere.
En general, se hace referencia con él a la llanura costera; por lo demás, las fronteras exactas son variables. También las tierras de cultivo del interior del país fueron descritas con este término.
El año 135, d. C., en el contexto de la represión del segundo levantamiento judío bajo el mando de Bar Kokbá, el emperador Adriano, cambió el nombre de la provincia de Judea por el de Siria-Fenicia, situada al norte.
Con este nuevo nombre, que ya no recordaba Judea, Adriano pretendía reforzar a la población no judía del país y recortar todas las prerrogativas judías tradicionales.
También Jerusalén recibiría un nuevo nombre: Aelia Capitolina. La extensión de la provincia romana era ahora mucho mayor que la zona de asentamiento de los antiguos filisteos y comprendía todo el territorio desde Dan, en el norte, hasta el Negueb.