La comunidad cristiana, de origen asiático, estaba dirigida por alguien que escribió “Refutación de todas las herejías”.
Por este libro, y su título, se deduce la preocupación de esa comunidad por la infestación de sectas en Roma.
Algunas ya nos son conocidas: gnósticos, marcionitas, montanistas o modalistas. Todas de origen asiático.
Otras tenían una matriz más ‘romana’ y tienden al judaísmo: adopcionismo (afirmaban que Jesucristo es un simple hombre ‘adoptado’ por Dios) o las diversas formas de monarquianismo (afirmaban que en el único Dios hay una única realidad personal que a veces se manifiesta ‘Padre’, o ‘Hijo’, o ‘Espíritu’.
Además, en esta comunidad había enfrentamiento contra algunos pontífices, por ejemplo, Ceferino y Calixto. De Calixto decían que estaba demasiado preocupado por la caridad social y poco por el laxismo moral, y de sembrar confusión doctrinal por usar fórmulas ambiguas que equidistaban la ortodoxia y la herejía.
En el seno de esta polémica, San Hipólito va a escribir importantes comentarios y tratados sobre la Sagrada Escritura…