Santa Bárbara, virgen y mártir, doble palma de la Victoria final, es de fecha incierta, posiblemente entre siglos III y IV.
La tradición nos dice que es encerrada en una torre por su padre con el fin de sustraerla a la mirada de los hombres.
Otras versiones explican su encierro para evitar su conversión al cristianismo. Pero, ella, se convierte adquiriendo una enorme cultura, sufriendo persecución y suplicios diversos.
Suele representarse acompañada de una torre al lado o detrás de su figura.
En ocasiones, ella misma porta en sus manos un pequeño torreón. Otras escenas habituales son las de su persecución y martirio.
Sus atributos propios son: TORRE, CORONA, PALMA, CUSTODIA o SAGADA HOSTIA sobre el Cáliz, LIBRO y PAVO REAL.
En ocasiones porta una bala de cañón, pues ella es patrona de los artilleros, mineros y canteros, entre otros.
Santa Bárbara es protectora contra los daños del temporal, las tormentas y los rayos.