Los primeros escritos de los Santos Padres, o de la Patrística, forman un conjunto denominado PADRES APOSTÓLICOS, esto es, el tiempo que abarca desde los Apóstoles hasta mediados del siglo II.
El primero de ellos es anónimo, y se tituló “Didaché”, es decir, “Enseñanzas”.
Es un testimonio directo del VIGOR y de la FRESCURA de las primeras comunidades cristianas.
Está escrito en griego, y repartido su contenido en 16 capítulos.
Recoge una colección de textos recopilados por un autor desconocido a finales del siglo I (realmente muy temprano), aunque algunos de estos textos se consideran del propio tiempo de los Apóstoles, de ahí que también sea conocido con el nombre castellano de “Enseñanzas de los Doce Apóstoles”.
Es, por tanto, el PRIMER ESCRITO CRISTIANO no canónico (no está incluido en el canon de las Sagradas Escrituras) del que tenemos constancia. Se dice que es de la época en la que se redactó de manera definitiva el Evangelio de San Mateo y, por lo tanto, sería redactado en Siria.
Siria es de las regiones más importantes (era provincia romana) en los orígenes del cristianismo. Allí se encontró, en un lugar llamado Dura Europos, la iglesia más antigua que se conoce, la domus Ecclesiae de Dura Europos, construida y decorada en el siglo III. Realmente, era, como su nombre indica, domus, una casa en la que se reunían los cristianos y celebraban el Sacrificio Santo. Ello se sabe por la disposición de su construcción interior.
El propósito de la “Didaché” era guiar a las comunidades cristianas por el camino de la Vida.
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