EL TEXTO GRIEGO DEL NUEVO TESTAMENTO
SEGUIMOS VIENDO TESTIMONIOS QUE NOS PERMITAN RECONSTRUIR EL TEXTO ORIGINAL
La crítica textual ha reconstruido en sus líneas generales la historia primitiva del griego del siguiente modo:
Hacia el siglo II, en Egipto, el texto del NT, que se había transmitido en diferentes copias, fue sometido a dos revisiones diferentes;
- La primera tenía la finalidad de reconducir el texto a los autógrafos originales (recensión H);
- La segunda, la de hacerlo más inteligible (recensión D).
Así nacen los prototipos textuales de estas dos formas del texto griego.
En el siglo III, también en Egipto, se intentó fundir las dos recensiones precedentes, o quizá corregir la recensión H con la D. Así surge el tipo C, que tuvo poca acogida.
Los 40 años que van desde la persecución de Decio y Valeriano hasta la de Diocleciano (303), vieron el nacimiento de una gran cantidad de manuscritos. El trabajo de recensión alcanzó su ápice en el siglo IV.
Hasta aquel momento, la operación de trascripción se realizaba sin seguir normas precisas, según las necesidades de las Iglesias locales, y por ello se introdujeron muchas variantes.
En el siglo IV, en Antioquía, por obra de Luciano, se elaboró el ejemplar original de una cuarta recensión (K), que buscaba hacer más elegante el tipo H sin descuidar la recensión D. Su finalidad era de índole teológica.
En este mismo siglo IV, se concretizaron tres formas textuales principales: el D, que dominará en occidente; el H, que se difundirá en Egipto y Palestina; y el K, en Siria, Asia Menor, y Constantinopla. El D alcanzará auge hasta el siglo VI, cuando se impondrá K.
Esta recensión constituirá el TEXTUS RECEPTUS hasta el siglo XVIII, cuando la crítica reconocerá el alto valor del tipo H y su fidelidad al original.