CUARTA PARTE
CAPÍTULO II
EL ESTADO
Deberes del Estado
- Entonces, los que manejan el Estado, ¿deben conducirlo de cualquier manera?
Los que manejan el Estado no deben conducirlo de cualquier manera: sabiendo que la perfección total no se alcanza nunca, deben asumir su tarea con responsabilidad personal y prudencia política, procurando acabar cada acto de gobierno con la mayor perfección humana posible, con sentido realista y práctico, para ir mejorando gradualmente el orden social, en un clima permanente de verdadera libertad.
- ¿Qué manifestación concreta expresa en los gobernantes un espíritu real de servicio?
La manifestación concreta que expresa en los gobernantes un espíritu real de servicio es la colegialidad en la toma de decisiones –sin exonerarse de la responsabilidad personal, dentro del ámbito de soberanía política que a cada autoridad le corresponden, en función del mandato recibido- ya que así se demuestra desprendimiento del cargo, respeto al consejo de los demás y conciencia de la propia limitación.
El Estado invoca un espíritu de colegialidad al exigir respeto a la autonomía propia de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y este espíritu debe extenderse a todos los niveles de decisión.