MES DE JUNIO – EL RECUERDO DE LOS DIFUNTOS
La muerte siega las vidas de tantos, cuya desaparición hizo correr lágrimas que parecía debían ser inagotables.
Pero los llantos acaban pronto.
Los difuntos van desapareciendo del recuerdo.
A medida que el recuerdo de nuestros difuntos se debilita, tanto más se enrarece el socorro de nuestros sufragios en su favor.
Hemos de orar con perseverancia por nuestros parientes y amigos difuntos. Además, extenderemos este caritativo socorro a las almas que sufren tal vez, en el Purgatorio, por culpa nuestra, a causa de nuestros malos ejemplos que les dimos, o de las caídas de que fuimos ocasión.
Despertemos nuestra fe, nuestra compasiva caridad para socorrer difuntos. No pasemos ni un solo día sin interceder por las almas del purgatorio.
Por último, el recuerdo de los difuntos nos será de gran utilidad para la orientación seria de nuestra vida.