IMPORTANCIA DE SAN JUAN BAUTISTA

by AdminObra

Era hijo del sacerdote Zacarías y de Isabel, ambos descendientes de Aarón.

Precursor de Cristo.

Su nombre, elegido por el Arcángel Gabriel, significa “Dios muestra gracia”.

Su nacimiento tiene concomitancias con los relatos del Antiguo Testamento.

También hay un paralelismo entre la concepción de Juan y la Encarnación de Jesús en el seno de María Santísima.

La avanzada edad de sus padres en el momento de la Anunciación por parte del arcángel Gabriel refleja las similitudes con Abraham y Sara, también estéril, así como en el mensaje angelical transmitido a la Virgen María.

Juan, el Bautista, sería grande delante del Señor, como dijo el Arcángel, portador del Espíritu Santo desde el vientre de su madre.

Su relación con Jesús queda patente desde el momento en que, al oír Isabel el saludo de María, el niño dio saltos de alegría en el vientre.

Zacarías, sin embargo, no creyó en un principio en las palabras del arcángel y, como había pedido una señal que le convenciera, quedó mudo hasta que Juan cumplió ocho días y fue circuncidado.

San Juan desechó participar en las ofrendas sacerdotales, a las que tenía derecho por su padre. Se retiró al desierto a predicar la llegada del Mesías.

Iba vestido con una piel de camello sujetada mediante una correa de cuero.

Bautizó a sus seguidores en las estepas del desierto, lejos de Jerusalén y del Templo, en las aguas del Jordán, el mismo río que tuvo que atravesar el Pueblo de Israel en su peregrinación.

El bautismo, símbolo del nacimiento a una nueva vida, suponía la conversión tras el perdón de los pecados.

Hasta el Jordán venían gentes de Jerusalén y Judea para recibir el bautismo y San juan se les presentó como el “precursor”. Asimismo, anunció a Aquel que bautizaría con Espíritu Santo y fuego. Decía de sí mismo que era la voz que clama en el desierto, y que no era el Mesías, ni siquiera Elías.

Reprendió duramente a fariseos y saduceos.

Cuando se encontró con Jesús lo anunció como el Cordero que quita el pecado del mundo. Por ello pedirá a sus discípulos que sigan a Jesús desde ese momento. Con todo, seguiría teniendo seguidores.

Herodes Antipas, hijo de Herodes I, el Grande, encarceló a Juan. Éste había denunciado las prácticas incestuosas del tetrarca con Herodías, la mujer de su hermano Filipo.

El día del cumpleaños de Herodes Antipas, Salomé, hija de Herodías, instigada por su madre, reclamó la cabeza de Juan. Antipas, con tristeza, pues respetaba al “precursor”, cumplió esos deseos.

Más tarde, en los días de la Pasión, quiso conocer a Jesús pensando que era Juan que había vuelto a la vida.