- Santos GERVASIO y PROTASIO, mártires. Milán. (386).
- San DEODATO, obispo. Austrasia, Francia. Obispo de Nevers, fundó un monasterio. (679).
- Santa ILDEMARCA, abadesa. Neustria, Francia. Atendió con caridad a San Leodegario, mutilado por Ebroino. (682).
- San ROMUALDO, anacoreta y abad. Las Marcas. Nació en Rávena. Deseoso de vida eremítica. Viajó por Italia durante varios años, durante los cuales fundó varios monasterios pequeños y promovió la vida evangélica entre los monjes. (1027).
- Beato GERLANDO, caballero. Sicilia. Orden de San Juan de Jerusalén. Se entregó al cuidado de viudas y huérfanos. (1271).
- Santa JULIANA FALCONERI, virgen. Florencia. Fundó las Hermanas de la Orden de los Siervos de María, llamadas por su hábito religioso “mantelatas”. (1341).
- Beata MIGUELINA, viuda. Las Marcas, Italia. Entregó sus bienes a los pobres y, con hábito de terciaria franciscana, mendigando pan, llevó una vida humilde y disciplinada. (1356).
- Beato TOMÁS WOODHOUSE, presbítero y mártir. Londres. Bajo el reino de Isabel I, este jesuita, estuvo encarcelado durante más de diez años. Reconcilió con la Iglesia a muchos compañeros de cautiverio. Finalmente fue ahorcado en Tyburn. (1573).
- Santos REMIGIO ISORÉ y MODESTO ANDLAUER, presbíteros y mártires. En Hebei, China. Jesuitas. Durante la persecución de los seguidores del movimiento Yihetuan fueron asesinados mientras oraban ante el altar. (1900).
Hoy recordamos especialmente a los Beatos SEBASTIÁN NEWDIGATE, HUMFREDO MIDDLEMORE y GUILLERMO EXMEW
Eran tres monjes de la Cartuja de Londres: Hunfredo era el vicario de la comunidad, Guillermo el procurador y Sebastián uno de los padres de la comunidad. Acaecido el martirio de su prior, San Juan Houghton, por negarse a suscribir la supremacía religiosa del monarca, al día siguiente los delegados reales acudieron de nuevo a la Cartuja e intimaron a los monjes a que prestaran el juramento pedido. Como no lo conseguían, prendieron a estos tres religiosos, los tres sacerdotes, y los llevaron a la cárcel donde los sujetaron al muro con una argolla que les obligaba a estar de pie, de lo contrario habrían perecido ahogados, y les sujetaron las manos con cadenas y los pies en un cepo. Como el P. Sebastián había sido íntimo del rey, acudió éste en persona para hacerlos suscribir el juramento pedido, pero no lo logró. Entonces mandó llevar a Sebastián a la Torre.
Los dos primeros fueron juzgados el 11 de junio y condenados a muerte, pero como Sebastián no cedía, la condena se extendió a él y el 19 de junio de 1535 fueron llevados a la plaza de Tyburn donde fueron ahorcados y posteriormente descuartizados.
Sebastián había nacido en Harefield y se había educado en Cambridge. Contrajo matrimonio y perdió años después, en 1524, a su esposa. Tenía mucha amistad y predicamento con el rey, pero advertido por su hermana de las inmoralidades del monarca, decidió abandonar la corte e ingresó en la Cartuja, donde profesó y se ordenó sacerdote.