- Santos MARCOS y MARCELIANO, mártires. Roma. (304).
- San LEONCIO, soldado y mártir. Trípoli. Torturado atrozmente en la cárcel. (s. IV).
- Santos CIRIACO y PAULA, mártires. África. (s. IV).
- San AMANDO, obispo. Burdeos. Instruyó y bautizó a San Paulino de Nola. (s. V).
- San CALÓGERON, eremita. Sicilia. (s. V).
- Santa ISABEL, virgen. Renania. Insigne por su observancia monástica. (1164).
- Beata HOSANA ADREASI, virgen. Lombardía. Vistió el hábito de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo y logró armonizar con las ocupaciones seculares la contemplación de Dios y el ejercicio de las buenas obras. (1505).
Hoy recordamos especialmente a SAN GREGORIO BARBARIGO
Nació en Venecia en 1625.
Después de participar en las negociaciones previas a la Paz de Westfalia, viajó a Roma, donde el Cardenal Chigi le aconsejó estudiar derecho, como así hizo.
Terminados los estudios, recibió la ordenación de presbítero en 1655.
Cuando el Cardenal Chigi fue elegido papa con el nombre de Alejandro VII, lo llamó a Roma y, admirado de su piedad y virtudes, especialmente la caridad mostrada con los enfermos durante la epidemia de peste del año 1656, lo nombró obispo de Bérgamo, y viviendo su labor pastoral en esta diócesis, en 1560 lo nombraron cardenal.
Pudo celebrar un sínodo diocesano de corte tridentino para la reforma de la diócesis.
En 1644 fue trasladado a Padua, donde creó el seminario y cuidó con esmero de la catequesis y de la fundación de escuelas para niños.
En ambos obispados realizó con mucho interés la visita pastoral
Aunque su vida santa edificaba al pueblo de Dios los enemigos de las reformas le hicieron sorda oposición.
Falleció en Padua con fama de santo en 1697.