Consideración sacerdotal
“También San Agustín soportó una carga muy pesada al servicio del pueblo de Dios. respetando las obligaciones de su estilo de vida monástica, tuvo que sacar tiempo para leer, estudiar y meditar las Sagradas Escrituras, encargarse de la predicación los domingos y festivos, administrar los bienes de la Iglesia, socorrer a los pobres y a los necesitados, velar por la disciplina eclesiástica de clérigos, monjes y sacerdotes, visitar las comunidades cristianas de su diócesis, combatir el paganismo y las herejías, y redactar sus textos dogmáticos. De ahí que, en más de una ocasión, recurriendo a un término del lenguaje militar que designa la equipación del soldado, el “macuto”, califique su cargo y su misión episcopal de “sarcina episcopalis”. El macuto del obispo de Hipona era especialmente pesado, y lo fue aún más a medida que declinaba su salud”.