LOS VIAJES MISIONEROS DE SAN PABLO. Pues hubo un cuarto y último viaje. Características

by AdminObra

San Pablo tendría 52 años cuando fue apresado en el Templo.

Duró cuatro años en prisión: dos en Cesarea de Palestina (Hch 24, 27), y dos en Roma (Hch 28, 30).

Luego fue dejado en libertad y vivió cinco o seis años, hasta cuando una nueva encarcelación lo llevó a la muerte.

Poco sabemos de lo que él hizo en esos años, entre las dos prisiones.

Estuvo en Éfeso, en donde dejó a Timoteo como coordinador.

Pasó por Macedonia, por Tróade, y Mileto.

Escribió una carta a Timoteo diciéndole que quería encontrarse con él nuevamente en Éfeso.

En la Carta a los Romanos manifestó el deseo de ir a España (Rm 15, 28).

San Pablo anduvo por las comunidades cuidando de organizarlas, preocupado por su futuro.

Al final de este período, San Pablo es hecho prisionero y llevado a Roma. Es el período de la persecución de Nerón.

Se desató la tempestad.

En la primera vez había gente para recibirlo en Roma.

Ésta vez no había nadie.

El ambiente era otro. La opinión pública estaba en contra. San Pablo preveía su condenación y sentía cercano su fin.

Apoyado en la certeza de quien es su verdadero apoyo, le hace frente a la muerte, sabiendo que Dios sería lo suficientemente fuerte como para vencer en él a la muerte.

No se sabe como fue la última prisión de San Pablo, ni como fue el juicio, la condenación y la muerte. La tradición conserva la historia de que fue condenado a morir a espada, fuera de los muros de la ciudad de Roma, en un lugar llamado “tres fuentes”.

San Pablo fue fiel a la Gracia. Supo corresponderle. Fue un hombre de mucha oración.

La muerte a espada fue el último conflicto que enfrentó.