¿QUÉ DONES Y BENEFICIOS NOS TRAJO LA ASCENSIÓN?

by AdminObra

La multitud de dones se descubren en la multitud de cautivos que llevó consigo en triunfo. Pero vayamos desde un principio.

A los diez días nos dio el Espíritu Santo, de cuya virtud y plenitud de gracias llenó a la multitud de fieles que estaba presente, cumpliéndonos, así, la promesa dada.

Subió a los Cielos para presentarse ahora en el acatamiento de Dios por nosotros, y desempeñar ante el Padre el oficio de Abogado. Efectivamente, no hay punto de donde puedan recibir los fieles mayor alegría que de estar Jesucristo constituido DEFENSOR de nuestra causa y MEDIANERO de nuestra Salvación, cuya autoridad es infinita ante el Padre Eterno.

Finalmente, el mismo Señor nos preparó lugar, lo cual también nos había prometido, y como Cabeza, en nombre de todos nosotros, subió a tomar posesión de la Gloria, porque subiendo al Cielo nos abrió sus puertas, que habían estado cerradas por el pecado de Adán, y nos allanó el camino para llegar a la felicidad eterna, como El había predicho en la Cena a sus discípulos que sucedería.

 

BENEFICIOS

  1. Adquirió gran realce el mérito de nuestra fe, por ser esta virtud sobre aquellos puntos que no están sujetas a la vista, y son muy superiores a la razón y a la inteligencia del hombre. Por lo que, si el Señor no se hubiera ausentado, tendría menos mérito nuestra fe.
  2. Arraiga la esperanza en nuestros corazones; porque, creyendo que Cristo-Hombre subió al Cielo y que la naturaleza humana está colocada a la diestra del Eterno, esperamos con mucha razón que nosotros subiremos allá, como miembros suyos que somos, y allí nos uniremos con nuestra Cabeza.
  3. El mayor de todos, es que el Señor nos ha arrebatado nuestro amor hacia el Cielo inflamándolo con su Divino Espíritu, pues nuestro corazón ha de estar en donde está nuestro tesoro.

Finalmente, engrandeció en la tierra su Casa, que es la Iglesia, la cual sería gobernada por la dirección del Espíritu Santo; y dejó a Pedro, príncipe de los Apóstoles, por Pastor y Sumo Pontífice de toda ella entre los hombres; y de esta manera, sentado a la diestra del Eterno, está siempre distribuyendo varios dones y carismas para el gobierno y expansión de su Casa.

 

Debemos entender, pues, que, aunque debamos nuestra redención y salvación a la Pasión de Cristo, que con sus méritos abrió a los justos la puerta del Cielo, sin embargo, la Ascensión no sólo se nos ha propuesto como ejemplar, en el que aprendamos a dirigir la vista a lo alto, y a subir al Cielo con el espíritu, SINO que también nos dio en abundancia la gracia divina para que podamos conseguirlo.