TERCERA PARTE
CAPÍTULO I
EL TRABAJO
Santificación del trabajo
- ¿Cómo puede el cristiano santificarse en su trabajo?
El cristiano puede santificarse en su trabajo ofreciéndolo a Dios, asumiéndolo voluntariamente con responsabilidad cada día renovada, sobrellevando las dificultades con alegría, acabando hasta el último detalle con perseverancia, y rectificando la intención para garantizar que se está cumpliendo con servir a Dios y a los hombres, y no al propio egoísmo.
- ¿Cómo se puede santificar a los demás con el trabajo?
Se puede santificar a los demás con el trabajo teniendo sentido fraterno y apostólico, porque la labor ordinaria ocupa la mayor parte del tiempo del hombre. El hombre comparte en el trabajo, con sus compañeros de faenas, sus alegrías y éxitos, y sus problemas y dificultades. El diálogo y la confidencia abren el camino para exponer la fe católica, que conduce al mejoramiento personal, laboral y espiritual, y se colabora así en la tarea que corresponde a todo cristiano de poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas.
- ¿Es justo que la Iglesia lleve el mensaje del Señor al mundo del trabajo?
Jesucristo, Hijo de Dios, eligió ser un operario común durante la mayor parte de su vida terrena, trabajando en Nazaret como carpintero. No son escasas las lecciones que nos da la vida de Jesús, el Trabajador. Es justo, por lo tanto, que su Iglesia lleve el mensaje del Señor al mundo del trabajo y a los trabajadores.