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Dato a tener en cuenta es que un gran número de “evangelios apócrifos” proceden las comunidades de Egipto, de creación más tardía (a partir de mediado del siglo II) y que adolecían de problemas doctrinales. Pues, diremos que los evangelios canónicos fueron escritos en la segunda mitad del siglo I.
Cierto que hay un sensacionalismo que dicta que la Iglesia institucional secuestró textos sagrados, o alteró los evangelios que proclamamos. Mentira. La historia es bien diferente. Los criterios sensatos y objetivos de los Santos Padres aseguraron la veracidad de la inspiración divina de los textos canónicos y, además, el canon empieza a quedar definido a mediados del siglo II.
El texto conocido como “Fragmento de Muratori” (170) ya dice que sólo hay cuatro evangelios reales y denuncia la circulación de textos que se tienen por evangélicos igualmente y que no deben ser aceptados por los creyentes que quieran mantenerse fieles a la Tradición Apostólica.