CONTINUANDO…
Habrá, asimismo, comunidades cristianas que querrán marcar diferencias con el judaísmo apoyándose, para ello, en una interpretación muy forzada de San Pablo.
Así, Marción del Ponto, al norte de la actual Turquía, negará todo valor al Antiguo Testamento, y hablará del Dios de los judíos como un dios egoísta. Será el promotor de lo que se ha dado en llamar el MARCIONISMO que afirmará sin rubor alguno que el dios caprichoso del AT será desenmascarado por Jesús, que nos revelará a su Padre como único Dios verdadero.
Este desprecio por la creación material que se intuye en el MARCIONISMO lo encontramos llevado al extremo, aún más, en la diversa colección de sectas GNÓSTICAS que surgieron en Asia en el siglo II.
Cada una de ellas propone un complejo sistema de espiritualidad y sabiduría en el que se funden el helenismo, el judaísmo, el cristianismo en un maridaje de difícil comprensión, a fin de que sus adeptos, liberados de lo “material”, puedan alcanzar la salvación que se consigue por el ‘conocimiento’ o, dicho de otro modo, por la ‘gnosis’.