22. CRISTIANOS EN EL IMPERIO ROMANO – IV

by AdminObra

Curiosamente, será Galerio el que, en el 311, con el “Edicto de Nicomedia”, conceda libertad de culto a los cristianos.

Será el primer paso de cara a la oficialización.

Así, en el 313, Constantino, el hijo de Constancio Cloro, publicará el “Edicto de Milán” con el que dará la libertad a toda la Iglesia.

Tras la muy brutal persecución del Imperio, inesperadamente, vino la paz.

Cierto que hay que reconocer una serie de factores político-sociales detrás de todos estos acontecimientos.

Uno de ellos, entre muchos, será la victoria militar de Constantino sobre su rival Magencio en la batalla de Puente Milvio en el año 312. Constantino había tenido un sueño en el que se le aseguraba la victoria gracias a la señal de los cristianos, por ello mandará pintarla en los escudos de sus tropas.

Con todo, Constantino era hijo de Santa Elena, lo cual también afectará a la hora de colocar, ya como emperador único, a la Iglesia en un lugar de honor.

Se estaba dando cuenta que ante la decadencia y la corrupción integral que campaba en el imperio, sólo el cristianismo podría ser un fermento de renovación y orden. En las persecuciones, el cristianismo había sido aquilatado moralmente.

SEGUIREMOS…