22. CRISTIANOS EN EL IMPERIO ROMANO – II

by AdminObra

Los cristianos de los siglos I y II se irían forjando en un ambiente que los despreciaba por considerarlos “ateos” y raros.

Estaba prohibido ser cristiano, pues negaban la autoridad divina del emperador. Pero este delito era perseguido si era denunciado antes.

Así, aunque Trajano había establecido que los cristianos no debían ser perseguidos de oficio, en sus tiempos muchos padecieron, al igual que en los imperios de Adriano, Marco Aurelio o Septimio Severo. Éste último fundó la dinastía más benéfica para la nueva fe antes de las persecuciones del siglo IV.

También hubo periodos de paz.

Había una alternancia entre los momentos de padecimiento y los de sosiego.

Ya a comienzos del siglo III, encontraremos cristianos en las capas más altas de la sociedad, en relación con la familia imperial. Hasta la misma Julia Mamea, madre del emperador Alejandro Severo, se interesó en recibir formación cristiana.

La alternancia terminó con uno de los momentos más virulentos, las persecuciones de Decio y de Valeriano, a mediados del siglo III, y la desatada por Diocleciano a comienzos del siglo IV.

Éstas fueron persecuciones que ya no dependían de denuncias, sino que fueron ordenadas desde el mismo trono imperial.

SEGUIREMOS…