En esta obra que venimos comentando “El Pedagogo”, Clemente muestra una inmensa erudición acerca de todos los aspectos de la vida de su tiempo, y de la cultura. Sabe interpretar, asimismo, la Sagrada Escritura. Se presenta en diálogo con los sabios de Alejandría, no sólo buscando tender puentes entre ellos, sino para acercarlos al Maestro.
En ese momento, entonces, escribirá la tercera obra: los “Stromata”, o “Tapices”, que cierra el tríptico elaborado por él.
Son textos que forman un riquísimo tapiz de sabiduría, en donde quiere mostrar la verdadera gnosis. Sí, la verdadera gnosis (conocimiento). Recordemos que muchos cristianos en Alejandría habían caído seducidos por el veneno de los ‘maestros’ gnósticos.
Con esta obra, desplegando su enorme erudición, Clemente de Alejandría pretende llevar al discípulo del Pedagogo cristiano hasta la perfección de la sabiduría, que es la verdadera gnosis.
El verdadero sabio (gnóstico), el verdadero, interpreta la Sagrada Escritura en fidelidad a su auténtico sentido, custodiado por la Iglesia. Trata de cuidar las virtudes; aúna vida moral e intelectual; aprecia el matrimonio y la corporalidad.
Este primer gran sabio cristiano alejandrino desea que todos se acerquen a Cristo, Sabiduría, Logos, Salvador, para toda la humanidad. Nos quiere guiar desde la conversión personal hasta la plenitud de vida cristiana, verdadera sabiduría.
Finalmente, no sabemos nada del final de la vida del Alejandrino. Posiblemente muriese en Capadocia, o en Cesarea, en los primeros años del siglo III, tras la persecución de Septimio Severo.
El próximo día veremos a uno de los más grandes, sin duda, del conjunto de los Padres de la Iglesia, hablamos de Orígenes.