Considerado el primer gran teólogo de Roma.
Cultura asiática.
Su idioma era el griego.
Sus intereses teológicos están orientados a resolver situaciones confusas y a sostener a sus fieles en su perseverancia cristiana.
Así, dedica mucho esfuerzo a identificar y a refutar a las herejías, sabiendo la importancia de esta tarea para que los más sencillo no sean engañados en cuestiones esenciales para la fe, y por tanto para la salvación.
Una de las preocupaciones era la confusión causada porque muchos cristianos, dada la alarmante situación política y social de su tiempo, daban como cierta la inminente venida de la última persecución desatada por el Anticristo y por tanto el final de los tiempos.
Contra esta suposición, que se repetirá una y otra vez en la historia de la Iglesia hasta hoy, escribirá su “Tratado sobre el Anticristo”, primer escrito dedicado a este personaje, donde explica su identidad y el tiempo de su venida, que califica como muy remoto en base a la autoridad de la Sagrada Escritura.