TRANSMANÍA: CÓMO ‘MUJER’ SE CONVIRTIÓ EN UNA PALABRA TRANSGRESORA

by AdminObra

La publicación de este libro rosa y azul fue como una bomba en Francia: dos mujeres, Dora Moutot y Marguerite Stern, provenientes del feminismo militante de izquierda, eligieron cruzar el Rubicón y abordar los males de la ideología transgénero en todas sus formas. Fue una apuesta audaz y más que valiente. Valiente, porque hoy en día, la ideología del transgenerismo (porque de hecho lo es, como los autores se propusieron demostrar con convicción) ejerce un terror en la mente digno del estalinismo en su apogeo, menos los asesinatos físicos. Pero en la era de las redes sociales y la reputación electrónica, hay asesinatos simbólicos que pueden ser extremadamente violentos.

Por: Hélène de Lauzun – The European Conservative

Este ensayo es el fruto de un largo camino hasta Damasco para dos mujeres que nunca estuvieron predestinadas a cruzar al ‘lado oscuro’ de la fuerza. Marguerite Stern es una ex activista de FEMEN y no hace mucho lucía sus pechos desnudos en Notre Dame de París. Dora Moutot es la ex editora jefe adjunta de Konbini, un medio en línea de moda que se concentra en lo que debería ser una forma de vida políticamente correcta.

Feministas convencidas y comprometidas, emprendieron el camino de la conversión cuando comprendieron que, en nombre de los derechos de los transexuales, ya no podían defender a esta población solidaria y en desaparición: las mujeres. Señaladas y estigmatizadas como TERF (Feministas Radicales Transexclusivas), como JK Rowling y tantas otras, porque se negaron a aceptar que un hombre alimentado a la fuerza con hormonas y cirugía pudiera convertirse en mujer, se propusieron rastrear el hilo de esta Una locura al estilo soviético que nos haría ver negro donde vemos blanco (o viceversa).

El resultado de esta fascinante investigación tiene casi 400 páginas.

El libro no es un panfleto ni una perorata fácil y vengativa, sino un estudio en profundidad, con el debido respeto a quienes lo atacan y que, en general, no se han molestado en abrirlo. Como académico, incluso me complació encontrar un número respetable de notas a pie de página, sin las cuales ningún libro podría pretender ser «serio».

Como hilo rojo que recorre su manifestación, Moutot y Stern nos invitan a seguir, con cierto humor, el viaje tragicómico de Robert, que un día eligió convertirse en Catherine, un personaje ficticio que da un rostro concreto a los delirios de transgenerismo. Este contrapunto humorístico es útil para añadir un poco de ligereza a una lectura apasionante sobre una realidad aterradora.