- El Tránsito de San DEMETRIANO, Obispo de Antioquía, deportado al destierro por el Rey Sapor (260).
- San ORESTES, mártir, en la actual Turquía. (Ss. III/IV).
- San PROBO, obispo, en Rávena, Italia. (Ss. III/IV).
- Santos NARSETES, obispo, anciano venerable, y JOSÉ, discípulo del anterior. Ambos decapitados por no querer adorar al sol, como les ordenó el Rey Sapor II. (343).
- San LEÓN MAGNO, papa y doctor. Nació en Etruria. Fue diácono en la Urbe, destacando por su diligencia. Mereció con todo derecho el apelativo de “Magno”, tanto por apacentar su grey con una exquisita y prudente predicación como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la Encarnación del Verbo. La defendió con fuerza en Calcedonia. Murió en Roma. (461).
- San JUSTO, obispo, en Cantorbery, Inglaterra. Fue enviado a esta isla por el Papa San Gregorio Magno, juntamente con otros monjes, para ayudar a San Agustín en la evangelización de Inglaterra. (627).
- SAN ANDRÉS AVELLINO, presbítero. Nápoles. Teatino. Brilló por su santidad y celo en procurar la salvación del prójimo, hizo el arduo voto de avanzar cada día en las virtudes. (1608).
Hoy recordamos especialmente al Beato ACISCLO PINA PIAZUELO
El beato Acisclo Piña era hijo de Sebastián Piña Poblador y de Martina Piazuelo Anés, matrimonio dedicado a la agricultura. Fue bautizado el día 26 de julio de 1878 en la parroquia de Santa María la Mayor, de Caspe, recibiendo el nombre de Joaquín. A los treinta y siete años, pidió ser religioso hospitalario y el 20 de marzo de 1916 tomó el hábito hospitalario con el nombre de fray Acisclo y fue incorporado a la vida del noviciado para una formación religiosa y espiritual.
Como hermano hospitalario ejerció su ministerio en el servicio de la asistencia nocturna en las enfermerías, en Ciempozuelos, Sant Boi de Llobregat y Pamplona.
En su última etapa, formó parte de la comunidad del Asilo-Hospital Infantil de Barcelona, encargado del cuidado de la enfermería de niños con enfermedades cutáneas. Acisclo vivió la incautación del Hospital de Barcelona. El 26 de julio por la tarde fue expulsado como los demás hermanos del Asilo-Hospital; se acogió, en un primer momento, con los familiares de un hermano, pero tuvo que cambiarse a varios domicilios, según las circunstancias; así anduvo hasta el 5 de noviembre. A los cinco días, en la noche del día 10 de noviembre, con un grupo de unas cuarenta personas —la mayoría eclesiásticos—, fue asesinado.